Una Historia

El día que no te abracé en la peatonal Sarandí.

Me acuerdo el día que te crucé en la peatonal Sarandí.
Ibas con mucho apuro porque llegabas tarde al trabajo, pero igual paraste para saludarme.
Recuerdo cómo frenaste un segundo, nos saludamos rápido y seguiste corriendo.
Me acuerdo y pienso que debí pararte, decirte que pares mientras te agarraba los hombros y te miraba a los ojos.
Te tendría que haber dicho que te calmes y acto seguido darte un abrazo tranquilizador.
Un abrazo para que dejaras de preocuparte por llegar tarde y empezaras a preocuparte por sonreír más, porque esa sonrisa contagia y es lo mejor que le puede pasar a cualquiera que te vea.

Hoy me acordé cuando debí abrazarte en la peatonal Sarandí y no lo hice.
Prometo hacerlo la próxima, y agradecerte.

@nicomega - 02/12/2019

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