Cinquanta-set.
Antes que me llamara por mi número ya sabía que eso era para mí. Lo estaba esperando.
Había contado las personas que tenía adelante.
Hasta me aprendí el método de servicio y calculé los tiempos de los pedidos completados.
Sabía que la próxima hamburguesa era la mía porque llegaba a leer apenas mi número en el panel de preparación.
Hacía rato que esperaba mi comida que no llegaba.
Cuando termina la bandeja lee el papel y dice: "Cinquanta-set".
Me acerco, siempre sonriendo, porque nada mejor que una sonrisa con el primer contacto visual. Le doy mi ticket y me mira extrañada.
Me esquiva la mirada y vuelve a repetir, pero esta vez en inglés, "Fifty seven!". Se acerca alguien y se lleva la bandeja sin siquiera haberle dicho "thank you".
Esta vez no fue mi número, ni esta ni las últimas 15.
Pero acá sigo, con mi papelito en la mano esperando que la próxima bandeja tenga mi pedido, o al menos, si mi comida va a llegar, que no lo haga cuando ya se me haya ido el hambre.
@nicomega - 20/01/2020
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